Las semanas del clima de América Latina y el Caribe: es tiempo de accionar o perderemos la última oportunidad de cumplir con el Acuerdo de París



Las semanas del clima de América Latina y el Caribe (ALC) se realizaron entre el 11 y 13 mayo de 2021, con el objetivo de aumentar la ambición climática de los países de la región y asegurar el éxito de la COP26. Los encuentros virtuales contaron con actores del sector público, privado y financiero que debatieron sobre los desafíos y prioridades para implementar acciones de recuperación económica, social y ambiental.
Las economías de ALC enfrentan a los enormes retos impuestos por las crisis climática y económica. Las restricciones ante la pandemia de la COVID-19 generaron una contracción del PBI -8% en la región. En consecuencia, durante el XXII Foro de Ministros se hizo un llamado urgente a que, ante la crisis y el creciente endeudamiento, no se posponga la acción climática. Los ministros de ambiente participantes en el foro regional subrayaron la necesidad de responder a la crisis de COVID-19 en consonancia con el Acuerdo de París, integrando soluciones climáticas en los planes de recuperación económica que permitan mayor rentabilidad y creación de empleos. Salvo casos aislados, sin embargo, la región no está implementando soluciones de corto, mediano y largo plazo que permitan un desarrollo tanto económico y social como climático.
En este contexto, la Unidad Regional de Cambio Climático del PNUMA coordinó la sesión “Aprovechando las oportunidades de transformación” para explorar soluciones innovadoras alrededor de una acción climática. En este espacio de discutieron soluciones para encaminar la región en un camino de desarrollo bajo en emisiones y altamente resiliente, con un enfoque en los sectores clave de la economía que necesitan una profunda transformación.
Las experiencias de esta sesión se identificaron tres elementos clave para convertir el endeudamiento y gasto de la recuperación post-COVID en una inversión que asegure el desarrollo y la calidad de vida:
Entornos urbanos: ALC tiene un enorme potencial de acción climática por parte de las ciudades y los gobiernos locales: el 80% de los ciudadanos de ALC viven en áreas urbanas. En la región se han implementado con éxito mecanismos que pueden ser replicados como códigos de construcción, captura del valor del suelo, bonos, incentivos fiscales, esquemas de pagos voluntarios, hipotecas, entre otros.
Transporte y movilidad: el confinamiento dejo en claro el impacto del transporte y la movilidad sobre la salud y la calidad del aire. La contaminación está directamente vinculada a patrones de comportamiento que debemos cambiar. Pero, en ALC aún no se anuncian fechas de eliminación de los motores de combustión interna, algo que viene pasando en otras regiones del mundo. Sin embargo, hay buenos ejemplos de cómo las asociaciones entre operadores de autobuses, proveedores de tecnología y empresas de servicios públicos han catalizado el despliegue del transporte eléctrico en la región.
Suministro de energía: la transición energética tiene el potencial de crear más de 35 millones de puestos de trabajo para 2050. El cambio en la matriz eléctrica puede ser el motor que la región necesita para crear empleo, generar crecimiento, no quedarse por fuera de cuarta revolución industrial y vivir en armonía con la naturaleza.
Durante la pandemia se observó un crecimiento del sector de las energías renovables (solar y eólica) en países como República Dominicana, anfitrión de Las Semanas del Clima. Como medio de seguridad energética, las fuentes renovables son un elemento abundante cuando cuando la importación de combustibles fósiles no está asegurada. Los gobiernos de la región, sin embargo, continúan asumiendo políticas que ignoran la descarbonización.
El gasto público en combustibles fósiles, como el gas fósil, aumenta en algunos países. Un ejercicio que crea un efecto de bloqueo, retrasa la penetración de las renovables no convencionales y aleja del cumplimiento del Acuerdo de París. De continuar la tendencia actual, el sector energético superará al sector Agricultura, el Sector Forestal y el Cambio de Uso de Suelo como principal emisor de GEI en 2050.
Finalmente, durante las Semanas del Clima se resaltó que la transición energética el desarrollo de infraestructura requiere un inmenso esfuerzo económico, por lo que la participación de las asociaciones innovadoras y del sector privado son cruciales. Se necesita un marco regulatorio que fomente la inversión y facilitar la creación de modelos de financiación.