Martes, 12 Marzo 2013
Guatemala camina hacia la agricultura perfecta
Guatemala ha iniciado su paso a la agricultura protegida. Este sistema cuasi perfecto implica una asociación público-privada, el contacto con la tecnología de punta, el incremento de los cultivos, la contención de los problemas que trae consigo el cambio climático y, lo mejor de todo, el respeto irrestricto al medio ambiente.
La realización de este sueño agrícola empieza con la inauguración, en Santa Rosa, del Centro de Capacitación Innovación y Producción Popoyán-Priva (CCIPPP). Este centro tecnológico, que abrió el viernes al público, está al servicio de pequeños, medianos y grandes agricultores y es una iniciativa de las empresas Popoyán y Priva, con el apoyo del gobierno holandés y el Ejecutivo guatemalteco.
En palabras de Francisco Viteri, de la firma Popoyán, “se busca crear un centro de innovación, donde los agricultores puedan ser capacitados para que, de manera acelerada, hagan cambios tecnológicos y se incorporen a un modelo de desarrollo sostenible”.
De acuerdo con el directivo, se espera capacitar a unos mil agricultores al año, aunque con la vista puesta en extender el número de beneficiados. Comenta que la fortaleza del centro es que se trata de un modelo de capacitación, que permite hacer transferencia de tecnología de forma masiva para los diferentes sectores.
Niels van Rooyen, representante de la empresa Priva, compartió que en los últimos cinco años el desarrollo de la horticultura ha sido impactante. “En este proyecto se harán investigaciones para determinar qué tecnología y variedad de cultivos da más rendimientos en las circunstancias tropicales”, informa.
Resalta que el impacto del medio ambiente será mínimo, por lo que no se desperdiciará agua ni fertilizante. “El control de plagas dentro de los invernaderos es biológico, y como es un proyecto que produce comercialmente los vegetales, las capacitaciones son situaciones reales; lo contrario en una universidad donde los invernaderos son pequeños”, explica.
Única alternativa
Según Elmer López, ministro de Agricultura, Ganadería y Alimentación, la agricultura protegida es la única alternativa que tiene Guatemala para continuar con el desarrollo en el campo agrícola. “El cambio climático está haciendo que los cultivos estén a merced de la lluvia, la cual es muy irregular”, especifica.
Menciona que estas tecnologías lo que hacen es controlar los ambientes; “es decir, que ya no permite que las variaciones tan altas del clima se den. Con estas tecnologías se evita que los insectos, que son los transmisores de muchas enfermedades y plagas, entren a destruir los cultivos”.
Agrega que los productores del campo cosechan, “por el momento, 12 kilos de tomate por metro cuadrado. Con una mediana tecnología la proyección elevaría a 50 kilos el metro cuadrado. Con la última tecnología, que es ambientes acondicionados de clima, los cuales regulan la temperatura, estaríamos elevando a 120 kilos por metro cuadrado”.
Según López, por ahora se exportan 1,500 furgones al año de productos líderes que usan esta tecnología, como lo son el tomate, chile pimiento, cebollas y pepinos. “Se prevé que en cinco años podemos llegar a 10 mil furgones si la tecnología pega en el país”, dice.
Alianza público-privada
Sergio De la Torre, titular de Economía, refiere que este tipo de tecnología es una clara muestra del trabajo en conjunto, como se debe hacer con una alianza público-privada. “No conozco otra manera de llevar desarrollo económico y social al país que no sea por medio de la atracción de inversión y la generación de empleo.
Carlos Contreras, ministro de Trabajo, indica que la formación en capacidades y producción “permite alcanzar un camino ordenado y claro que nos lleve verdaderamente a los resultados de empleo decente y calidad que se necesitan”.
“Estamos claros, como gobierno, que el Estado no va a crear los millones de empleos que Guatemala necesita; solo la iniciativa privada puede crear las plazas que resultan tan necesarias en el país”, apunta Contreras.